Se hizo pecado
- Maite
- 28 mar
- 2 Min. de lectura
Los fariseos y escribas murmuran contra Jesús porque acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les contesta, a ellos y a los que son como ellos, con la hermosa parábola del hijo pródigo. Va a presentar al padre tal como él lo conoce. Y va a retratar no solo al que se va de casa después de pedir la herencia que le corresponde, y peca lejos de allí, sino también al aparentemente perfecto hijo mayor que nunca ha faltado en nada.
Jesús va a dibujar un hijo menor desconsiderado y vividor, que ni respeta ni aprecia a su padre, y que desprecia, también, el hogar en el que se ha criado. Y un hijo mayor que se ha mantenido fiel a sus deberes y se ha dejado hundir en la soberbia creyendo que todo le es debido por ello.
Entre los dos sitúa al padre. Un padre que no necesita ni pide explicaciones ni remordimiento al hijo menor que vuelve derrotado y fracasado. Un padre/madre todo ternura y acogida, todo calidez y cariño que devuelve la dignidad perdida a su hijo caído en desgracia sin pedir nada a cambio. Un padre, amigo fiel de la vida y el gozo, de la fiesta y la celebración; un padre con corazón y entrañas de misericordia y compasión. Un padre, además, que tampoco afea al hijo mayor su falta de empatía y cariño fraterno, su soberbia mal disimulada y su ego desbocado. Al contrario, comprende a este tanto como al otro, lo acoge de igual manera y expresa su reconocimiento por su permanencia en el hogar, a su lado. Tal vez, no es consciente del todo de que también el hijo mayor se había marchado de casa hacía tiempo, y no vivía con él.
Sin embargo, la clave del mensaje de este domingo la da Pablo, al recordarnos que Jesús fue aún más lejos que el padre de la parábola y se hizo pecado por nosotros. Va más allá, aún, de la acogida y la ternura, la compasión con que siempre había actuado y que había distinguido su vida pública. Jesús se hace hijo menor e hijo mayor por nosotros, por todos. Pero a nosotros nos muestra, para nuestro consuelo y aliento, cómo es el padre que nos aguarda siempre; sin condiciones.

Commenti