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Los últimos, la gran preocupación de Jesús

Cuando viajamos, a veces, el camino se bifurca, nos detenemos y, antes de continuar, nos informamos… ¿Lo hacemos así siempre?


Jeremías les aconsejaba hacerlo, no confiar demasiado en las personas y no buscar a quienes tengan riqueza o poder pues son como la aridez del desierto, viven apegadas a lo terrenal y muy alejadas de Dios. Les propuso buscarlo porque estar a su lado es como vivir junto a una corriente de agua, nos facilita el crecimiento.


Pasaron los años y la sociedad tenía los mismos problemas religiosos, económicos y políticos pues, al no escuchar sus advertencias, sufrieron las consecuencias.


Estas realidades confirman que los tiempos y las personas cambian pero el egoísmo permanece igual … ¿Por qué?


Porque la corrupción proporciona riqueza y ésta una vida cómoda, poder e impunidad mientras quienes son honrados viven con dificultades.


¿Qué legado dejarán al morir quienes practican el insano deporte de acumular “riqueza”?


Un “capital” cuantificable pero… ¿Podrán cuantificar las personas que murieron cada día por no poder comer o dormir dignamente debido al desequilibrio que ocasionaron con sus movimientos mercantiles diarios?


En tiempos de Jesús los representantes de Roma agobiaban a las personas con impuestos y al no poder pagarlos vendían los campos con los que comían. Después, algunos se asalariaban para poder comer, otros caían en la indigencia, las viudas lo pasaban mal para sustentar a los hijos… Por estas realidades, Él les habló de las diferencias sociales que había entre las personas de su tiempo, les anunció que después todos irían a la presencia del Padre y que quienes aquí vivieran en la opulencia, rieran o fueran respetados por la posición social que tenían, después, en el Reino, todo sería diferente y se cambiarían los papeles.


¿Merece la pena luchar para que la sociedad conozca a Jesús y cambie?


Creo que sí y por eso nos recuerda Pablo que no debemos poner en duda la resurrección de Cristo pues… ¿Qué sentido tendría nuestra lucha terrenal por lo correcto si después no encontráramos allí ningún premio para nuestros sacrificios de aquí?


Además, si eso fuera así entonces Cristo tampoco resucitó, los muertos seguirían con sus pecados y la creencia que tenemos sobre lo que nos espera después de morir, en el Reino junto a Él, quedaría sin final feliz.


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