Dios siempre nos guía...¿Lo escuchamos?
- Paco Pérez
- 28 feb
- 2 Min. de lectura
El Eclesiástico ayuda a comprender la esencia de las relaciones humanas, si miramos en nuestro interior y aprendemos de los ejemplos que nos regala la vida a diario: Sembrando buenas semillas y cuidando las plantas recogemos abundantes frutos; escuchando y respondiendo con verdad y justicia somos respetados pero actuando empujados por otros intereses somos rechazados.
Partiendo de estas realidades deberemos no juzgar con prisas sino comenzar escuchando todos los razonamientos, después pasarlos por la criba y, finalmente, emitiendo nuestra opinión.
El salmo anima a proclamar, cada mañana, la necesidad que tenemos de dar gracias al Señor por lo recibido y a comportarnos con justicia para caminar sin tropezar pues así daremos buenos frutos y disfrutaremos de una vejez digna.
Jesús habló del Reino de Dios con parábolas y dichos, ejemplos y mensajes breves que tomaba de su entorno para que los entendieran bien y después, con libertad, eligieran entre cambiar o seguir igual… ¿Por qué? Porque sabía que cambian aquellos que escuchan a quienes les muestran la verdad pero los que permanecen abrazados a las tradiciones siguen igual o empeoran.
Muchas veces, deseando cambiar las cosas, nos equivocamos cuando criticamos con radicalidad a quienes tienen responsabilidades pues no lo hacemos como Él: Denunciaba las interpretaciones equivocadas de la Ley pero lo decía y hacía enseñándolos a perdonar, a ser misericordiosos y justos con las necesidades de los débiles, a luchar contra la tentación para vencer la muerte y a estar vigilantes para que el pecado no nos lleve a una muerte sin retorno.
Pablo habló sobre la resurrección y afirmó que era el triunfo sobre la muerte, logro alcanzado gracias a Jesús. Aconsejó permanecer en esa creencia y trabajar para que el deseo del Padre se cumpla pues cuando la muerte sea vencida, entonces se cumplirán las escrituras y recibiremos la recompensa.
Hagamos lo que propone Juan Muñoz: [Responder a la llamada del “despertador de conciencias”, Jesús.]

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